Con Bodegas Mencianas, viajamos a un mundo enológico con origen en 1885, año en el que fue fundada la bodega más antigua de la Doña Mencía (Bodegas Lama), cuyos vinos se amparan bajo la Denominación de Origen Montilla-Moriles.

Gracias a este legado histórico y enológico Miguel Ángel Fernández lleva más de 20 años mostrando y desempolvando todo aquello que nos habla de nuestro pasado, de las técnicas de cultivo de la vid, de la elaboración y como no podía ser de otra manera maridado con los vinos más peculiares de nuestra zona vitícola.

En su Museo del Vino Menciano, mientras degustamos un vino blanco joven de aromas frutales, podemos apreciar distintos aperos del mundo de la viticultura, que nos transportan a las viñas, sus labores, cuidados hasta su recolección en cestos de varetas de olivo donde se transportaba la uva hace más de 80 años. Con una copa de vino fino en la mano, nos trasladamos al mundo del cuidado de los vinos, sus filtraciones, sus embotellados y etiquetados destacando el filtro horizontal con soporte de mimbre y tela, quizás una de las piezas más antiguas. No podemos olvidar la madera para la crianza oxidativa, mientras apreciamos la vejez de un vino oloroso, útiles para el tratado de los envases de madera de roble, un paseo por azuelas, garlopines, medias cañas…. con los que se doman las duelas de las botas. Cabe destacar tres medias botas marcadas a fuego con simbología de frailes dominicos que datan con más de dos siglos.
Y no podía faltar la dulzura del Pedro Ximenez, zumo de uva pasa, aromas a fruta madura mientras observamos su elaboración y las medidas antiguas, las llamadas aspillas, para determinar la cantidad de vino que hay dentro de cada envase de madera, donde destaca la báscula puente, útil de principios del siglo XX.

En tu visita por Destino Subbética, no podrá faltar un recorrido por Bodegas Mencianas, y con él, un viaje a la historia del vino, una de las pocas bebidas naturales y arraigadas a nuestro pasado, presente en cada rincón de su museo.